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Desde que los consejos aprobaron la fusión, absorber Bankia en términos legales le costó a Caixabank un proceso de más de seis meses; esa fue una operación amistosa. La de BBVA sobre Banco Sabadell está llamada a ser más tortuosa porque la operación no será una, sino dos: primero hacer que triunfe la opa y después ejecutar la fusión por absorción de las dos entidades. Todo este proceso le llevaría a BBVA más de un año y se plantarían en mediados de 2025, como dijo el consejero delegado Onur Genç. Esos plazos serían, incluso, los de un escenario optimista, ya que un simple retraso en algún procedimiento o autorización alargaría todo. Los plazos que menciona BBVA apuntan a que son en términos legales. Es decir, que para 2025 se consumaría la integración legal, con la desaparición de la sociedad mercantil del Sabadell. Luego vendría la llamada integración tecnológica, que significa adecuar todos los sistemas y la operativa del banco absorbido a los sistemas, operativa y plataformas del banco absorbente. Noticia Relacionada Con permiso opinion Si La oferta hostil de BBVA revuelve el río bancario y acerca Unicaja a la red de La Caixa María Jesús Pérez Para entender el alboroto de estos días con la banca, sector que exige discreción como pocos, hay que fijarse más en lo que se calla que en lo que se dice y, sobre todo, atender a los factores personales más aún que a los criterios técnicos. Las aguas bajan revueltas y ya hay pescadores que buscan su ganancia: una fusión de BBVA y Sabadell dejaría a Unicaja en el radio de acción de Caixa para completar la consolidación del sector en España A Caixabank esta integración tecnológica le llevó más de siete meses, desde que anunciaron la integración legal. En el caso de BBVA podría rondar fechas similares e incluso mayores, dado el tamaño y la mayor exposición internacional del Sabadell. Pero, en todo caso, ese escenario ya sería el último en el que el banco vasco debería pensar ya que antes habrá de atravesar un camino largo , muy largo, con juntas de accionistas, ampliación de capital, autorizaciones, procesos legales... y lograr convencer a los dueños de la entidad catalana. Así las cosas, los pasos a dar son múltiples. En un mes BBVA debe formalizar su opa -el folleto- y después la CNMV aprobarla, aunque antes deberá recabar el OK de Competencia y el BCE, entre otros. Esto puede llevar alrededor de seis meses, tras lo cual se abriría el periodo de aceptación para los accionistas del Sabadell, de hasta 70 días. Sería en ese momento en el que los dueños de la entidad catalana tendrán que tomar la decisión de vender o no; asimismo, lo harán sabiendo ya la opinión formal del consejo de administración de su banco, que antes habrá tenido que presentar opinión basándose en un informe independiente sobre la operación. Solo la opa se pondría en una duración de unos ocho meses si todo va bien, tras lo cual habría de realizar el proceso de fusión por absorción, recabando más autorizaciones, entre ellas la del Gobierno. Y después ya llegaría la integración tecnológica. Así, en términos legales toda la operación le llevaría a BBVA más de un año, a lo que habría que sumar el proceso de integración tecnológica.